“Apaches, los fantasmas de la Sierra”

Por: Dr. Juan José Saldaña Valadez – Secretario General Académico Unisierra

Presentación del Libro Unisierra

En el Auditorio de la Universidad de la Sierra aparecieron los auténticos Apaches; no aquellos de las leyendas negras, tampoco aquellos que reinventaron la cultura estadounidense. Los Apaches son mexicanos y son los fantasmas de la sierra de Sonora y de Chihuahua. “Los mexicanos ignoran por regla general que las grandes batallas, excepto una, se libraron en Sonora y en Chihuahua, que los jefes y capitancillos más notables nacieron en su espacio geográfico y que su segunda lengua fue el español”. Así de claro y contundente escribe Manuel Rojas, el autor que en precisas 400 páginas hace justicia histórica a los Apaches. En una visita cordial a la UNISIERRA Manuel Rojas nos cuenta la verdadera historia. El auditorio escucha con sorpresa, son jóvenes que solo han sabido decir que “pegaron los apaches” para referirse a la violencia irracional y prehistórica. Pero no fue así. “El apache semidesnudo que aparece en las cartas de la lotería mexicana que se canta en ferias, en hogares de pueblos y pequeñas ciudades, no es un apache”, así dice el presentador del libro de Manuel Rojas, Víctor Hugo Rascón Banda, de la Nación Apache. Y remata: “¡Ay apaches!, ¡cuántas mentiras se han dicho en vuestro nombre!”. 

Manuel Rojas habla como un chamán apache; tiene como hipnotizados a los estudiantes. Solo le falta el báculo de chamán y otros dibujos en su vestimenta. O tal vez sí sea un chamán. Los jóvenes escuchan y perciben la verdad en sus palabras y, más allá de los datos históricos, de las fechas y de nombres, descubren un mundo que se fue para siempre y que renace con la justicia de un auténtico historiador.

El auditorio de la Universidad de la Sierra está en silencio. Se puede escuchar el sonido de la sombra de un fantasma al caer por las paredes del teatro. No hay crimen mayor que manipular la verdad, y a los apaches los han desnudado con mentiras y leyendas.

Mejor siga hablando, dicen con sus rostros los jóvenes universitarios. Están en presencia de un acto de inusitada valentía intelectual: traer la verdad del apacherío. No quieren regresar a clases. Manuel Rojas es un actor consumado, un seductor honesto, un buen apache, como lo fueron los apaches: seres humanos que trataron de resolver sus existencias como pudieron. Igual que nosotros. Pero hay una diferencia: no hay discusión que nosotros somos los violentos, no ellos. Y nosotros somos sombras híbridas de un pasado que no aceptamos; ellos son tan reales como el calor y el frío.

Lean a Rojas y verán aparecer al apache de carne y hueso, no al fantasma inventado por la vena hollywoodezca de nuestros vecinos estadounidenses.

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